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Caliente para el verano - caliente para el hielo

Cada año, cada alemán lame, chupa, cucharea y muerde 8 litros de helado. Razón suficiente para que los psicólogos crearan una tipología a partir de la ingesta de helados que define al comedor de helados como una personalidad fogosa, activa, burbujeante, con tendencia a la infidelidad y que otorga al goloso placentero un agudo sentido de la sensualidad.

Quien se come el helado de abajo a arriba es un conquistador, inteligente e imparcial, no exento de fraternidad solitaria.

El socio silencioso le sabe mejor, el helado de sus compañeros. De torpe a inteligente, lo conquista. Su creatividad no debe tener límites.

El amor por el orden y un enfoque estructurado, mucha paciencia y clarividencia caracterizan al sensato que ya abre el papel del helado con especial cuidado. Y el dinámico está lleno de entusiasmo por la acción y la conquista, cuyos hábitos de lamido no muestran ninguna regularidad.

Estas "interpretaciones de personajes" no deben tomarse demasiado en serio. Las transiciones son tan suaves como el delicado esmalte cuando se calienta demasiado.

Independientemente de cómo se disfrute el helado, el helado de leche, es uno de los "dulces más saludables". Según la definición de las directrices sobre helados y productos semiacabados de helado, contiene al menos un setenta por ciento de leche, por lo que desde hace tiempo no sólo aporta azúcar, sino también muchos nutrientes importantes.

Autor: Brigitte Neumann

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